Los invitamos a leerlo ...
Capítulo 12
Me encontré en el baño del hotel a pensar qué
diría mi mamá si estuviera acá en este momento, también imaginé dónde estaría
escondido el tipo y a su vez cómo encarar la redacción de mi primer nota!!!!
Me di una buena ducha energizante bien
caliente, al salir espié por la ventana (estaba apenas entreabierta la
persiana) el vidrio desde ya absolutamente cerrado. El día estaba muy negro
como si se fuera a caer el cielo sobre esta turbia ciudad, mi habitación
también tenía pocas luces para no ser visto desde afuera. Aún así tenía la
clara sensación que todo el mundo me
estaba mirando…
Que en cuanto abriera mínimamente la
ventana…alguien me descubriría.
Traté de tranquilizarme y sentarme a escribir
pero el hambre me inquietaba y no me dejaba inspirarme, antes de arrancar pedí
comida en el hotel.
Solo, muerto de miedo, sin saber cómo salir de
este enriedo … debo reconocer que esta agobiante intimidad qué sanos suenan los
regaños de mi madre. Y que si no hubiera sido por esos bellos ojos claros y
esos cabellos rubios ahora estaría cómodo en mi habitación con la comida
sabrosa de mamá lista sobre la mesa.
En fin…basta de lamentos!!! Es hora de escribir!!!!!
Las coordinadoras del Proyecto: Norma y Carolina, recibieron el escrito y realizaron algunas correcciones, como se realiza en las Editoriales a los borradores de cualquier escritor, antes de publicar su historia.
Aquí el Capítulo 12 con las correcciones editoriales:
Las coordinadoras del Proyecto: Norma y Carolina, recibieron el escrito y realizaron algunas correcciones, como se realiza en las Editoriales a los borradores de cualquier escritor, antes de publicar su historia.
Aquí el Capítulo 12 con las correcciones editoriales:
Me encontré en
el baño del hotel a pensar qué diría mi mamá si estuviera acá en este momento,
también imaginé dónde estaría escondido el tipo y a su vez cómo encarar la
redacción de mi primera nota!!!
Me di una
buena ducha energizante bien caliente, al salir espié por la ventana (estaba
apenas entreabierta la persiana) el vidrio desde ya absolutamente cerrado. El
día estaba muy negro como si se fuera a caer el cielo sobre esta turbia ciudad,
mi habitación también tenía pocas luces para no ser visto desde afuera. Aun así
tenía la clara sensación de que todo el mundo me estaba mirando…
Que en cuanto
abriera mínimamente la ventana…alguien me descubriría.
Traté de
tranquilizarme y sentarme a escribir pero el hambre me inquietaba y no me
dejaba inspirar. Antes de arrancar pedí comida en el hotel.
Solo, muerto
de miedo, sin saber cómo salir de este enredo… Debo reconocer que en esta
agobiante intimidad qué sanos me suenan los regaños de mi madre. Y si no
hubiera sido por esos bellos ojos claros y esos cabellos rubios ahora yo
estaría cómodo en mi habitación, con la comida sabrosa de mamá lista sobre la
mesa.
¡Bravo chicos!
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